Como consecuencia de la llegada de la pandemia, llego también, una enfermedad denominada como “La fatiga de Zoom”. Esta hace referencia a los síntomas asociados al cansancio, preocupación y agotamiento a raíz del uso excesivo de diferentes plataformas digitales.
El distanciamiento social ha obligado a cambiar como nos comunicamos en la vida laboral. Ya no se realizan conferencias presenciales, ahora son virtuales. Hoy es muy normal que una persona pase muchas horas al día frente a la pantalla de un computador, a causa de ello, las personas han empezado a enfermarse y a ver disminuido su rendimiento laboral.
La expresión Fatiga de Zoom, se refiere a pasar muchas horas al día frente a un computador. Ya con la normalización de la pandemia, el problema se ha mantenido como una fatiga derivada de la exposición excesiva a plataformas digitales.
En que consiste la Fatiga de Zoom:
- Contacto Visual: El contacto visual en largas jornadas de conferencias virtuales es anormal y antinatural. Pasar tantas horas al día enfocado y concentrado en una pantalla es totalmente contrario a lo que hacemos en nuestra vida cotidiana, incluida la laboral. Las personas ocupan su mirada en diferentes direcciones, se concentran y enfocan en diferentes aspectos de un entorno determinado.
El nivel de contacto visual aumenta drásticamente y es comparado, con la ansiedad social: un excesivo miedo de hablar ante el público, que trae como consecuencia un enorme estrés para la persona.
- Sensación del espejo: El verse a sí mismo durante tanto tiempo es antinatural, la persona tiene la sensación de tener un espejo ante sí, todo el tiempo, las consecuencias que de ello se deriva, es la de volverse muy crítico de sí mismo.
- Problema de movilidad: Con las reuniones por videoconferencia, las personas han visto reducido su espacio para moverse, por ende, su capacidad cognitiva.
Nuestro cerebro necesita desconectarse de vez en cuando
Nuestro cerebro es magnífico, pero tiene sus debilidades y necesita de periodos de reposo. La pandemia supuso una enorme prueba para los trabajadores, estos, describían como trabajar desde casa implicaba una mayor intensidad, casi como realizar doble trabajo.
La información que nuestro cerebro recibe a diario quintuplica la cantidad de información que recibíamos en 1986. Teniendo en cuenta este dato, no parece extraño que el estrés y la ansiedad sean problemas muy comunes en nuestra sociedad.
El cerebro solo es capaz de estar concentrado por 90 a 120 minutos, por eso es necesario, cuidar el sueño; dormir las horas adecuadas y desconectarse a lo largo del día, son rutinas necesarias para descansar el cerebro.